LEHENDAKARI AGIRRE

Thursday, August 31, 2006

José Antonio Aguirre
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José Antonio Aguirre y Lecube o Agirre ta Lekubetar Joseba Andoni (Bilbao, 6 de marzo de 1904 - París, 22 de marzo de 1960) fue el primer lehendakari o presidente de Euskadi, labor que asumió durante la Guerra Civil Española. Suya fue la determinación de crear un ejército vasco (Euzko Gudarostea) y combatir del lado de la II República.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Biografía
1.1 La Guerra Civil
1.2 El exilio
1.3 Notas
2 Bibliografía
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Biografía

Aguirre en funciones de lehendakari

Documento firmado por Aguirre en 1937, estableciendo la pena de Cadena Perpetua a Muerte a los soldados que se autolesionasen para abandonar el frente.
Jugador del Athletic de Bilbao, abogado graduado en la Universidad de Deusto y militante del PNV, antes de presidente vasco fue alcalde de la localidad vizcaína de Guecho. Su principal rasgo fue la lealtad a la República. Creía que el futuro del País Vasco estaba supeditado a una victoria republicana.
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La Guerra Civil
A la muerte de su padre se hace cargo de la fábrica familiar de chocolates. A sus 27 años, apenas instalada la II República española, será elegido alcalde de Guecho. En 1936, desatada la guerra civil, se celebra un referéndum por el estatuto de autonomía del País Vasco. Navarra estaba controlada por los insurgentes; en los restantes territorios, la propuesta se impone por abrumadora mayoría (459.000 votos a favor, 14.000 en contra). El estatuto es aprobado por las Cortes el 1 de octubre de 1936, el mismo día en que los rebeldes proclaman jefe de estado a Francisco Franco. El 7 de octubre se instala el gobierno autónomo con Aguirre como lehendakari, quien jura en euskera ante el Árbol de Guernica: "Ante Dios humillado; de pie sobre la tierra vasca; con el recuerdo de los antepasados; bajo el árbol de Gernika, juro cumplir fielmente mi mandato".
Formó un Gobierno de concertación en el que estuvieron presentes nacionalistas, socialistas, comunistas y otros sectores republicanos, no sin tensiones entre ellos.
El Ejército vasco estuvo formado por batallones de diferentes ideologías, al igual que sucedía en el Gobierno. Bien armados, aunque escasamente entrenados, el Euzko Gudarostea llegó a tener 100.000 soldados. Una de las carencias más acuciantes, que terminó por desequilibrar la balanza, fue la ausencia de artillería pesada y aviación. Famosos son los llamamientos desesperados de Aguirre a sus amigos Prieto y Azaña para que enviaran aparatos al País Vasco. Los historiadores coinciden en que esta posibilidad era inviable por la dificultad de romper el asedio al que estaba sometida Vizcaya. No obstante, en diferentes expediciones llegaron unos 40 o 50 aviones, la mayoría sobrevolando territorio enemigo, ya que otros enviados a través de Francia fueron retenidos o devueltos, después de desmontarle el armamento, a Barcelona o Valencia en virtud de la política de No intervención. En cualquier caso, la proporción con los franquistas era de 10 a 1 a favor de estos.
Otro hecho que contribuyó decisivamente a la derrota fue la falta de un Estado Mayor cualificado y además con la relación con el Estado Mayor Central del gobierno republicano obstaculizada por el Departamento de Defensa vasco, que no quería perder el control de los recursos disponibles.
En junio de 1937, las tropas franquistas rompen el conocido Cinturón de Hierro de Bilbao y entran en la capital vizcaína gracias a la traición de Alejandro Goicoechea. Aguirre traslada su Gobierno a Trucíos antes de poner rumbo a Santander para después marchar a Cataluña, donde estaba dispuesto a seguir luchando con sus hombres por la República. En medio, el dirigente nacionalista vasco Juan de Ajurriaguerra pacta una rendición en Santoña con los italianos (Pacto de Santoña), pacto que no será honrado por Franco. Algunos sectores sostienen que tal actitud contaba con el consentimiento de Aguirre; sin embargo, existe amplia evidencia de que éste era partidario de seguir la contienda.
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El exilio
Pero los acontecimientos sobrepasan al primer lehendakari de la historia, que huye a Francia tras la contienda. Hasta 1941 sostendrá el Gobierno Vasco en el exilio en París. La invasión nazi de Francia lo obliga a exiliarse en los Estados Unidos, tras un novelesco escape a través de Berlín y Sudamérica. Nueva York será la nueva sede del gobierno en el exilio; Aguirre permanecerá allí hasta 1946, ejerciendo al mismo tiempo como profesor en la Columbia University.
En 1946 regresa a Francia, donde se constituirá nuevamente el Gobierno Vasco. Aguirre participa en la creación de la Liga Internacional de Amigos de los Vascos, que llega a atraer 50.000 adherentes, entre ellos personalidades religiosas como los cardenales Verdier y Griffin, políticos, intelectuales, artistas y escritores. Participó en el Congreso de La Haya, donde los líderes europeos discutieron sobre la idea de una Europa unida y federada, y allí promovió su idea de una unión de los pueblos de Europa. El gobierno en el exilio promoverá las masivas huelgas que sacudieron el País Vasco en 1947 y 1951. Después de estos incidentes, en junio de 1951 el gobierno francés confisca las oficinas del Gobierno Vasco en la avenida Marceau de París, y las entrega a los representantes de la dictadura franquista. En 1954, el entonces Ministro del Interior François Mitterrand prohíbe las emisiones de Radio Euskadi.
El Gobierno Vasco en el exilio estuvo lejos de lograr sus objetivos. Sus políticas para ganar el apoyo de las democracias occidentales contra el franquismo, que lo llevaron a colaborar con el FBI estadounidense durante la guerra, y hasta a expulsar a los miembros comunistas del gobierno para no irritar a los estadounidenses. El gobierno de los Estados Unidos halló que Franco era mucho más útil a sus propósitos durante la Guerra Fría, y el ingreso de la España de Franco en las Naciones Unidas en 1955 será un duro golpe para el gobierno en el exilio. El único representante español en la Naciones Unidas había sido el delegado del Gobierno Vasco, Jesús de Galíndez, hasta su muerte en un confuso episodio contemporáneo con el ingreso del gobierno franquista en la organización internacional. No obstante, hoy día se reconoce la influencia que la lucha de los diversos gobiernos autonómicos en el exilio ha tenido en las negociaciones, después de 1977, de los Estatutos de Autonomía de Cataluña, el País Vasco y Galicia; esa lucha reflejó la legitimidad histórica y jurídica que dichos estatutos habían adquirido durante la República, legitimidad que fue preservada durante el franquismo por los gobiernos en el exilio de esas regiones.
El lehendakari murió de un ataque cardíaco el 22 de marzo de 1960. Sus restos fueron trasladados a San Juan de Luz en Pirineos Atlánticos, donde fueron enterrados. Cualesquiera hayan sido sus errores durante los años de guerra y exilio, permaneció fiel al juramento dado en 1936: "Hasta que el mo sea derrotado, el nacionalismo vasco permanecerá en su puesto".
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Notas
Tusell, Javier, y Alicia Alted. 1991. “The Government of the Spanish Republic in Exile: (1939-1977)”, en Governments-in-Exile in Contemporary World Politics. Ed. por Yossi Shain. Londres: Routledge. Pp. 145-165.
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Bibliografía
Aguirre, José Antonio. Veinte años de gestión del Gobierno Vasco (1936-1956). Durango: Leopoldo Zugaza.
Aguirre, José Antonio. De Guernica a Nueva York pasando por Berlín. New York, 1942
Anasagasti, Iñaki, ed. Conversaciones sobre José Antonio Aguirre. Bilbao: Idatz Ekintza, 1983.
Lorenzo Espinosa, José María. Historia de Euskal Herria. Vol. 3, El nacimiento de una nación. Tafalla, Navarra: Txalaparta, 1997.
Aguirre José Antonio. Entre la libertad y la revolución, 1930-1935. 1935
Aguirre José Antonio. Cinco conferencias pronunciadas en un viaje por América. 1944
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Antonio_Aguirre"

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